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¿Es saludable la carne de cordero?

¿Sabías que España es el segundo productor europeo de cordero por detrás de Reino Unido? Y, en cuanto a consumo, ocupa la cuarta posición en las casas de los españoles, solamente superada por el pollo, el cerdo y la ternera. Siendo la carne de cordero lechal la más consumida, es decir, aquella que corresponde a animales sacrificados entre los 30 y los 40 días después de su nacimiento.

La carne de cordero es uno de los alimentos más apreciados en la gastronomía española e internacional, tanto por sus propiedades nutricionales como por su intenso sabor. Un alimento sano, sostenible y saludable cuyo contenido calórico oscila entre las 225 calorías por cada 100 gramos en la paletilla o la pierna a las 375 calorías de la parte del cuello.

Una carne con un porcentaje de proteínas más alto que la carne de cerdo, sobre todo las chuletas. Además, su contenido de grasas es medio y es muy rica en vitaminas del grupo B, como la piridoxina y la tiamina, en sodio, en hierro, en zinc y en selenio.

¿Por qué es beneficiosa la carne de cordero?

La carne de cordero es un tipo de carne roja que se obtiene de ovejas jóvenes, cuyo valor nutricional es rico en proteínas, vitaminas y minerales, lo que la convierte en un alimento muy recomendable dentro de una dieta saludable.

  • Proteínas: la carne de cordero es rica en proteínas de alta calidad, conteniendo todos los aminoácicos esenciales e indispensables para el desarrollo y el mantenimiento del cuerpo.

 

  • Vitaminas y minerales: la carne de cordero es rica en vitaminas, especialmente la B12, que resulta fundamental para la formación de los glóbulos rojos, para la regeneración celular del cerebro y para la salud de nuestro sistema nervioso y digestivo. Pero también posee un alto contenido de vitamina B3, que ayuda a prevenir enfermedades como el Alzheimer, la diabetes y del corazón. Pero además, ayuda a controlar los triglicéridos. También cuenta con un alto porcentaje de hierro, por lo que es ideal para prevenir la anemia, proteger nuestro sistema de defensas y conseguir que nuestras uñas, nuestro pelo y nuestra piel tengan una mejor apariencia. Además, destaca por su contenido de selenio, que ayuda a prevenir los ataques de asma y reduce los riesgos de enfermedades cardiovasculares y de cáncer de próstata. Y, por último, debemos mencionar su contenido en Zinc, un mineral esencial para la formación y el desarrollo de las hormonas, como la testosterona y la insulina.

 

  • Ácidos grasos: la alimentación de los corderos está compuesta principalmente por granos naturales, lo que aumenta sus niveles de ácidos grasos Omega 3, convirtiendo su carne un alimento muy recomendable para combatir las enfermedades cardíacas. Además, las grasas Omega 3 contribuyen a reducir inflamaciones, a proteger al cerebro y a prevenir enfermedades como el cáncer.

 

  • Nutrientes bioactivos y antioxidantes: la carne de cordero contiene una serie de nutrientes bioactivos y antioxidantes que hacen de ella un alimento ideal para una una dieta saludable.

 

Aspectos a tener en cuenta para comprar carne de cordero

La carne de cordero está más sabrosa cuando está fresca, por lo que es recomendable comprarla como máximo tres días después de haber sacrificado al animal. Para saber si es fresco, te recomendamos que prestes atención a lo siguiente:

  • El color: en función de su juventud, tiene que tener un color u otro. El cordero lechal presenta una tonalidad rosa pálida, mientras que el cordero recental tendrá un color rosa más intenso y el cordero pascual será aún más oscuro.
  • La etiqueta: en ella debe aparecer su procedencia, la caducidad y la fecha del sacrificio.
  • La apariencia de la carne: debe ser firme y no “sudada”.
  • Huesos enteros y corte limpio: una buena señal de que el sacrificio ha sido reciente es que el interior de los huesos presenten restos de sangre.

 

¿Cómo conservar la carne de cordero antes de cocinarla?

La carne de cordero tiene que conservarse en la nevera a una temperatura inferior a los 4 grados. Si son piezas enteras o filetes, podemos mantenerla hasta 5 días, pero si hablamos de carne picada, deberíamos consumirla antes de que hayan transcurrido 2 días. Si no se va a cocinar en este tiempo, es recomendable congelarla en bolsas herméticas. A la hora de descongelarla, podemos colocarla en la nevera 24 horas antes de que queramos consumirla para que se vaya descongelando de manera gradual. No obstante, si tienes prisa, también puedes hacerlo con microondas o agua fría.

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