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Las formas más saludables de cocinar carne

En los últimos años, la carne roja se ha convertido en el foco de una gran polémica, especialmente después de que la OMS lanzara un comunicado afirmando que podía tener efectos cancerígenos sobre nuestro organismo. El proceso industrial al que son sometidas muchas carnes antes de salir al mercado, como es el caso de las carnes procesadas, puede ser uno de los desencadenantes de la enfermedad, pero también la manera en la que la preparamos en casa. La cuestión es que la carne en sí no produce estos efectos, sino que es la manera en la que la cocinamos lo que puede resultar perjudicial o no.

De hecho, según una investigación realizada por la revista Cancer, revela que los gentes cancerígenos pueden  originarse cuando la carne es cocinada a una temperatura muy elevada o durante mucho tiempo. Es el caso, por ejemplo, de las cocciones que se llevan a cabo a fuego directo como las frituras o la barbacoa, originándose amina heterocíclicas y policarburos aromáticos policíclicos, estrechamente relacionados con la aparición del cáncer. Cuando asamos o freímos la carne, estas sustancias pueden tener efectos mutágenos en nuestro organismo, lo que da lugar a variaciones del DN y provocando el desarrollo de las células causantes de la enfermedad, tal como ha sido demostrado por investigadores estadounidenses.

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No obstante, también existen otros procesos, como comentábamos antes, que pueden generar o aumentar la presencia de estas sustancias en la carne, como es el caso de los curados industriales y los fermentados. Además de reducir su consumo por su potencial efecto cancerígeno, también deberíamos hacerlo porque su calidad nutricional suele ser muy baja.

En general, no todas las carnes son tan malas ni tan buenas como imaginamos. No quiere decir que debamos eliminar por completo la carne de nuestra dieta, ya que de hecho, podemos disfrutar de excelentes recetas siempre que elijamos los ingredientes y el método de cocción adecuados. En este sentido, es funfamental comprar carne fresca y de calidad y prepararla en casa, limitando en todo lo posible los procesados, que solamente nos aportan calorías de más, grasas y sodio, así como otras sustancia perjudiciale spara nuestra salud. Por supuesto, tambiéne s recomendable ir variando y diversificar los tipos de carne que consumimos, ya que, de esta forma, estaremos proporcionando a nuestro cuerpo una mayor cantdidad de nutrientes necesarios.

En Enmerjosa estamos muy comprometidos con la salud de nuestros clientes y, por eso, no solamente ofrecemos carnes de la mejor calidad, sino que queremos explicaros cuáles son las formas más saludables y nutritivas de cocinar carne, para que puedas disfrutar de ella y de todo su sabor sin riesgo.

Apuesta por el horno y plancha

Esteos tipos de cocción no añaden materia grasa en exceso a la carne y permiten que todo el sabor y los nutrientes de la carne se conserven. Para evitar la grasa también en la propia carne, lo más recomendable es eliminar las partes grasas visibles antes de proceder al cocinado.

Evitar los fritos

Comod ecíamos antes, las altas temperaturas a las que se someten las carnes cuando las freímos puede dar lugar a la aparición de sustancias tóxicas. Pero además, la cocción en grasa hace que las vitaminas liposolubles y algunos minerales se pierdan, y que se añadan más calorías y grasas que resultan perjudiciales para nuestro organismo.

Cocina la carne en trozos pequeños

Si cocinamos piezas grandes, es más probable que termine quemándose mientras lo mantenemos al fuego para que se haga internamente y, además, terminará perdiendo sus nutrientes durante el proceso de cocinado. Si la pieza se ha quemado o la hemos cocinado a una teperatura muy elevado, terminarán apareciendo costras negras y la posibilidad de que en ellas haya elementos cancerígenos es mucho más elevada.

Cocina a temperatura moderada

La mejor forma de evitar la pérdida de los líquidos y los nutrientes de la carne es cocinándola a una temperatura moderada. De esta forma, conseguirmos además que sus propiedades y su sabor se conserven y podamos disfrutar más de ellas. Una cocción adecuada está entre los 65 y los 70º dentro de la carne. Con estas temperaturas limitamos al máximo los microorganismo y, al mismo tiempo, su consumo será seguro en lo que respecta a agentes cancerígenos. En la carne de ternera lo notamos cuando toma un color grisáceo por fuera y en el pollo cuando el color rosa desaparece.

Usa especias y hierbas como condimento

Las especias y algunas hierbas también contienen vitamina C y otros micronutrientes que quedan muy bien en los platos de carne, mejorando tanto su valor nutricional como su aorma y su sabor.

Utiliza jugo de cítricos o frutas frescas

Si quieres cocinar la carne con el menor grado de calor posible, apuesta por el zumo de cítricos o de frutas frescas. Además de ayudar a cocinar la carne, favorecerás la absorción de los minerales debido a la presencia d ela Vitamina C y le darás un sabor delicioso.

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