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El marisco y la carne roja no provocan gota

Debido a que la gota ha sido tradicionalmente una enfermedad que ha afectado a miembros de la realeza y de la nobleza, durante mucho tiempo se pensó que tenía que ver con el excesivo consumo de carne roja y alcohol. Y muchas personas en la actualidad siguen pensando que es así. Sin embargo, hoy sabemos que la gota está más relacionada con la predisposición genética que con la alimentación. Es cierto que la dieta puede contribuir a aumentar los niveles de ácido úrico, especialmente cuando existen severos déficits de vitamina D o de calcio, pero no son la causa directa de la enfermedad, sino nuestros propios genes.

¿Qué es la gota?

La gota es una enfermedad de origen metabólico provocada por un trastorno del metabolismo del ácido úrico, haciendo que sus niveles aumenten en nuestra sangre, creando microcristales que se depositan en las articulaciones. Es entonces cuando aparecen los «ataques de gota». Una variedad de artritis cuyos principales síntomas son la inflamación, el dolor agudo, la rigidez y el enrojecimiento de las articulaciones afectadas. Aunque puede manifestarse en tobillos, muñecas, cadera, talones, rodillas y codos, lo cierto es que su lugar preferido es el dedo gordo del pie.

Desde las articulaciones puede propagarse a las bolsas sinoviales, pequeños saquitos de líquido sinovial que amortiguan el tejido blando y los huesos. Y, cuando la enfermedad se encuentra en un estado muy avanzado, se forman debajo de la piel fotos gotosos, protuberancias de gran tamaño.

El dolor agudo de la gota es consecuencia de la respuesta inflamatoria de nuestro cuerpo ante la acumulación de cristales de ácido úrico en la zona afectada. Los cristales aparecen por un elevado nivel de ácido úrico en la sangre que se acumula en las articulaciones en lugar de expulsarse por la orina, lo que se conoce como hiperucemia.

Los ataques de gota se agravan con el frío, que provoca dolor en el paciente como consecuencia de una mayor sensibilidad en las terminaciones nerviosas. Las terminaciones nerviosas nos informan sobre la temperatura y son muy sensibles a los cambios atmosféricos, lo que explica que los enfermos sientan más dolor cuando las temperaturas son bajas. Por esta razón, es importante que aquellas personas que padezcan de gota eviten exponerse en la medida de los posible al frío y a la humedad.

La cuestión es que, cuando no hay predisposición genética a sufrir esta enfermedad, aunque tengamos el ácido úrico alto, no tenemos porque padecer estos ataques. Así pues, queda claro que ni el marisco ni la carne roja influyen en la aparición de este tipo de patologías.

Factores de riesgo

Nuestro organismo genera ácido úrico de manera natural, una sustancia de desecho de las purinas que contienen ciertas proteínas que son abundantes en el marisco y en la carne roja, por lo que durante mucho tiempo se ha creído que era provocada por un exceso de estos alimentos de la dieta. No obstante, aunque pueden agravarlo en aquellos que ya tienen predisposición genética, no la provocan en las que no. Los niveles recomendables son de 3,5 mg/dl en las mujeres y de 4 para los hombres. Siendo los niveles alarmantes a partir de los 5,5 mg/dl.

Además hay factores de riesgo que pueden aumentar las posibilidades de desarrollar la enfermedad cuando se tiene predisposición a ello. Por ejemplo, los hombres de entre 40 y 50 años y las mujeres que están pasando por la menopausia tienen más riesgos de desarrollarla. En el caso de las mujeres, el descenso de estrógenos que se produce con la menopausia hace que los niveles de ácido úrico aumenten, ya que estas hormonas son las encargadas de mantenerlo a raya. Cuanta menor es la cantidad de estrógenos, mayores serán las dificultades que encontrarás los riñones para eliminar el ácido úrico.

Por otro lado, cabe destacar que un excesivo consumo de fructosa puede aumentar también los riesgos. Una sustancia que se encuentra presenta tanto en la fruta, en los zumos, en la cerveza y en los refrescos. Sólo unos minutos después de consumir fructosa, nuestro cuerpo genera ácido úrico. De hecho, es el único azúcar que aumenta los niveles de ácido úrico. En cambio, otros azúcares como la glucosa no afectan a dichos niveles. Aunque no puede mezclarse con la fructosa, ya que la glucosa acelera la absorción de la fructosa.

En la actualidad, la gota ha dejado de ser patrimonio de los ricos y a ensañarse con las clases media y baja, que suelen consumir mayor cantidad de alimentos procesados baratos sin tener en cuenta la calidad. Así pues, el marisco y la carne roja no tienen nada que ver con la gota, sino que es la fructosa la mayor responsable. De hecho, según estudios recientes, hay mayores niveles de ácido úrico en los veganos que en aquellas personas que incluyen carne y productos derivados en su dieta, como leche o huevos.

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