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Errores que debes evitar al consumir carne

No te imaginas la de meteduras de pata que cometemos tanto al conservar como al cocinar la carne. Por eso, no está de más que te digamos cómo tienes que manipularla y cocinarla para sacarle todo el máximo provecho.

¿Cuándo congelar la carne?

Muchas veces metemos la carne en la nevera cuando la acabamos de comprar y solamente la metemos en el congelador cuando está a punto de caducar. Si tienes pensado consumirla en un plazo de 1 o 2 días, no hay problema. Incluso podemos guardarla dentro del mismo envase en el que la hemos comprado, ya que cuenta con atmósfera protectora con gas inerte que evita que la carne se oxide.

Recuerda no colocarla cerca de las paredes o al fondo para evitar que se quemen con el frío, ni los apiles mucho entre sí para que mantengan el frío de la manera más uniforme posible. La temperatura más adecuada es entre 0 y 5 grados.

No obstante, si has comprado mucha carne y no la vas a consumir pronto, lo más recomendable es congelarla y guardarla lo más herméticamente posible, ya sea en recipientes de cristal, platos o fuentes de acero inoxidable, pero siempre cubiertos para que la carne no se reseque, no coja olores y conserve sus cualidades en perfectas condiciones. Siempre que puedas evitarlo, no la metas en plástico, ya que puede alterar su sabor.

¿Cuánto tiempo se puede tener congelada la carne?

La carne no puede estar congelada más de unos meses. Y es que, aunque esté congelada, el tiempo sigue pasando y, aunque más lentamente, también se va estropeando. Por ejemplo, la carne de cerdo y de ave deberían consumirse como máximo 6 meses después, la ternera 12 meses y el cordero 10 meses. Cuando más grasa sea una carne más durará y viceversa. Por esta razón, es importante que etiquetes la carne con la fecha en la que se ha congelado.

¿Cómo congelar la carne?

Siempre es recomendable que la carne se congele en distintas porciones en función de las necesidades, por número de personas o de forma individual. A menos que se trate de carne de raza ibérica, recuerda retirar la grasa sobrante y quitar todo el aire posible si vas a meterla en una bolsa de congelación. Lo ideal es que se congele lo antes posible porque así se conservarán mejor todas sus propiedades y nutrientes. Por eso, siempre es mejor contar con un buen congelador y tenerlo a una temperatura de aproximadamente 17 grados bajo cero. Además, te aconsejamos contar con un cajón dedicado exclusivamente a la carne y otro distinto para pescados. De esta manera evitarás que los olores se mezclen.

¿Cómo descongelar la carne?

A la hora de descongela la carne, es mejor sacar los productos con 24 horas de antelación y meterlos en la nevera para que el cambio de temperatura se vaya produciendo de forma progresiva, sobre todo en los meses de verano. Si el bloque que queremos descongelar es muy grande y tiene muchos filetes apilados, sí podemos ponerlo a temperatura ambiente para que podamos ir separándolos en porciones más pequeñas y que se descongelen sueltos sin que quede un bloque de hielo en medio.

Si por cualquier motivo nos hemos olvidado de sacar la carne para descongelar el día anterior y necesitamos descongelarla rápidamente, siempre podemos usar el microondas en modo descongelación y controlar el tiempo para que los bordes no se cuezan. Si tenemos más tiempo pero no mucho, podemos meter la carne en una bolsa cerrada y ponerla en un recipiente con agua tibia para acelerar el proceso. Eso sí, la carne jamás debe estar en contacto con el agua.

¿Se conserva de manera distinta cuando ya se ha cocinado?

Si hemos cocinado la carne, siempre es necesario que se enfríe para volver a meterla en la nevera. Lo mejor es guardarla en recipientes lo más justos posible para que no haya demasiado espacio libre hasta el borde para evitar que cojan o desprendan olores. El plazo para consumirlos es de entre 3 y 4 días. En las preparaciones con salsa, tenemos que intentar cubrir la carne con ella para evitar que las piezas de arriba se resequen.

Todo puede meterse en la nevera después de cocinarse, pero no todo está igual de bueno al día siguiente. Por eso, lo más recomendable es que solamente cocinemos lo que sepamos que vamos a consumir y lo que no, congelarlo en crudo.

También tienes la opción de congelar la carne una vez cocinada, incluso si ya ha estado congelada en crudo, pero igual que ocurre cuando metemos platos en el frigorífico, no todas las recetas aguantan igual de bien el proceso de congelación. Por ejemplo, las patatas y los arroces no suelen quedar bien, ya que el exceso de agua los pasa o les da un sabor distinto. Por esta razón, es mejor preparar la base del guiso de carne con su salsa y después invertir unos minutos en preparar la guarnición cuando vayamos a consumirlo. Si hablamos de carne sin salsa, es preferible reinventar después el plato, por ejemplo para unas croquetas, pues suele quedar seca.

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