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Cómo cocinar un costillar de cerdo a la brasa al estilo argentino

Uno de los platos que no suele faltar nunca en una barbacoa es el costillar de cerdo, en el que los argentinos son verdaderos expertos. Cuando el costillar se cocina a la brasa, la carne tomar un sabor ahumado muy característico que le da ese delicioso sabor que tanto gusta a todo el mundo. Sin embargo, cocinar un costillar de cerdo a la brasa no es tan sencillo como pueda parecer. Muchas personas colocan las costillas ya cortadas en la parrilla, pero lo cierto es que esto es un completo error, ya que para que la carne quede jugosa y rica, el costillar siempre debe prepararse a la brasa de una sola pieza. Además de sazonarlo para darle el sabor deseado. Ni que decir tiene que la carne debe ser lo más fresca posible.

Existen muchas recetas distintas entre las que poder elegir, pero en Enmerjosa queremos enseñarte hoy la que más nos gusta, la del auténtico costillar de cerdo a la brasa al estilo argentino. Un plato que no en vano se ha hecho famoso en todo el mundo por su delicioso sabor que todo el mundo desea conseguir cuando organiza una barbacoa.

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Prepara el costillar de cerdo

Lo mejor es comprar el costillar de cerdo fresco cuando vayamos a hacerlo. Pero si decides congelarlo, recuerda que hay que sacarlo y tenerlo descongelando en la nevera durante toda la noche anterior. Incluso, si se trata de costillas muy grandes, necesitarás un tiempo de entre 24 y 36 horas para que esté listo para ser cocinado. Nosotros no lo recomendamos, ya que congelar la carne supone siempre bajarle calidad a la pieza, pero es algo que queda a elección de cada persona. Una vez que lo tengas listo, colócalo sobre una tabla de madera y usa un cuchillo pequeño para cortar la membrana situada sobre la parte de atrás de las costillas. Hazlo lentamente y tírala a la basura cuando hayas terminado.

Sazona la carne

Para sazonar la carne, los argentinos solamente utilizan sal, pimienta y zumo de limón para que resalte el sabor de la carne. Cubren el costillar con abundante sal y un poquito de pimienta por ambos lados. Y el zumo de limón se añade una vez que la carne ya está cocinada. No obstante, existen otras muchas combinaciones de especias que puedes elegir para sazonarla. Si utilizas algunas más, lo ideal es mezclarlas en un bol antes de colocarlas en la carne. De esta forma, podrás aplicarlas a partes iguales y además te resultará más fácil.

En el caso de la salsa barbacoa original, la mezcla es una cucharada de chile en polvo, 2 cucharadas de paprika ahumada, 2 cucharadas de ajo en polvo, 2 cucharadas de azúcar moreno, una cucharada de sal y otra de pimienta. Aunque siempre puedes ajustar las cantidades en base a tus gustos y a los de los comensales. Pero independientemente de las especias que utilices, te aconsejamos que dejes reposar la mezcla sobre el costillar antes de cocinarla. Mientras puede sir preparando las brasas. Incluso puedes dejar la carne reposar con la mezcla toda la noche en la nevera tapada con un plástico.

Prepara las brasas

Aunque puedes utilizar una parrilla de gas, lo ideal es hacerlo en una de carbón. Es cierto que la cocción tarda más, pero es la mejor opción si queremos conseguir un sabor más ahumado. Enciende el carbón y deja que arda durante 30 minutos antes de poner la carne, una vez que ya no haya llamas, pues el calor debe ser indirecto. De lo contrario, la carne quedará quemada por fuera y cruda por dentro. Si quieres que coja algún sabor a un tipo de madera en concreto, puedes añadir además unas virutas de leña.

Pon el costillar a cocinar

Una vez que las brasas estén listas, coloca el costillar sobre la parrilla por el lado del hueso y cuando vayas a darle la vuelta utiliza unas pinzas o un tenedor para barbacoas. Intenta terminar la cocción a fuego medio hasta que los huesos se hayan separado de la carne y hayas logrado el punto deaseado para la carne. Si es muy grande, puede que tardes entre 1,5 y 2 horas.

Sirve el costillar

Una vez que el costillar esté listo, colócalo en un plato y cubre la carne con papel de aluminio para que repose durante 10 minutos. Córtalas en porciones pequeñas, cortando entre cada una de ellas con un cuchillo bien afilado. Es el momento de echarle el zumo de limón o la salsa barbacoa para darles el toque deseado. Eso sí, recuerda que las protagonistas deben ser las costillas, por lo que es importante no pasarse. Para asegurarte de que la salsa no restará mucho sabor a la carne, lo ideal es utilizar un pincel para que solamente tengan una fina capa. Una vez hecho esto, ya estarán listas para que podamos disfrutarlas. Si has seguido todos los pasos, seguro que te quedan riquísimas y tus invitados terminarán felicitándote por ello.

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