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¿Cuáles son los riesgos de comer carne cruda o poco hecha?

¿Sabías que comer carne cruda poco hecha puede ser muy peligroso para la salud? Y es que en la carne hay patógenos o bacterias que se encuentran en el sistema gastrointestinal del animal que consumimos. Gracias a la cocción, eliminamos la mayor parte de los parásitos y bacterias que puede contener la carne. Al comerla cruda, estos microorganismos se mantienen en ella, lo que puede dar lugar a una intoxicación alimentaria.

Los principales microorganismos que pueden encontrase en la carne cruda son el parásito del Toxoplasma Gondii y bacterias como el E.coli, el Vibrio Cholerae, la Listeria Monocitógenes, la salmonela, el campylobacter, el clostridium y la yersinia.

Las personas que ingieren la carne de esta forma normalmente lo hacen por su sabor y porque consideran que es más saludable porque se mantienen los nutrientes intactos. Es verdad que la carne conserva intactas todas sus proteínas y algunas enzimas, lo que ayuda a llevar a cabo los procesos esenciales de nuestro metabolismo. Y también mantiene intactas la mayor parte del zinc, el hierro, el potasio y el calcio, las dosis de vitaminas B1, B2, B3, B6, B12, A y E, así como todos los aminoácidos esenciales y la creatina.

Pero también es cierto que conserva toda la grasa, que en la carne roja es grasa saturada que resulta muy perjudicial para nuestro sistema cardiovascular. Además, no es que se pierdan todos los nutrientes al cocinar la carne, solamente algunos y no en toda su concentración. De hecho, lo que más se pierde con la cocción son las enzimas y las proteínas.

¿Cuál es la carne más peligrosa cuando se come cruda?

La carne de pollo es la que más riesgos entraña para la salud cuando se consume sin cocinar. Y es que es la carne que suele estar más contaminada. La contaminación se produce en el matadero, cuando se visceran los animales y se tiene contacto con las partes internas. Es en este momento cuando las bacterias del aparato gastrointestinal del animal pasan a la carne.

La bacteria que se encuentra presente en esta carne es el campilobacter, que es la que más casos de intoxicación provoca en el continente europeo. Pero también es habitual encontrar bacterias como el Escherichia Coli y la salmonella en la carne de pollo.

Aunque la carne que se vende tanto en las carnicerías como en los supermercados pasar por muchos controles y suele ser muy segura, en el caso del pollo es muy complicado evitar los riesgos de intoxicación cuando se consume crudo. Incluso cuando se cocina pero está poco hecho entraña cierto peligro. Es verdad que el riesgo es menor, pero sigue existiendo.

En el caso de la carne de ternera, cuando se trata de recetas como el steak tartar o el carpaccio, los riesgos son más bajos, pero también existen, especialmente en los productos que se elaboran en casa. Cuando preparamos este tipo de platos, lo que hacemos es comprar la carne y triturarla, por lo que las posibles bacterias se expanden por todas las superficies.

Por eso, si quieres preparar este tipo de elaboraciones en casa, es importante que la carne siempre sea de buena calidad, a ser posible envasada al vacío, evitar los cambios bruscos de temperatura y marinarla con limón o vinagre para eliminar todas las bacterias. Además, es aconsejable golpearla con un mazo de cocina antes de consumirla para romper un poco las fibras y que sea más fácil de digerir.

¿Qué pasa con los platos preparados que contienen carne cruda?

El carpaccio o el sushi envasados que se comercializan en los supermercados son opciones más seguras que las que se preparan den forma casera, ya que las fábricas aplican medidas y controles de limpieza muy estrictos para comprobar que los patógenos se encuentren presentes en sus productos. Esta carne si puede consumirse sin riesgo, ya que garantiza que no existen patógenos de ningún tipo gracias a los análisis que llevan a cabo los fabricantes.

En cambio, en los restaurantes, los riesgos son parecidos a los de cocinarlo en casa. Y es que, aunque en estos locales se llevan a cabo análisis en las superficies de trabajo y de los utensilios que se usan para elaborar los platos, no se analiza la carne.

El congelado no elimina todas las bacterias

Hay personas que creen, de forma equivocada, que congelar la carne ayuda a eliminar todas las bacterias que pueda tener, pero lo cierto es que no es así. Únicamente pasa con el anisakis, un parásito de entre 20 y 30 mm de largo cuyas larvas se encuentran presentes en muchos pescados. Estos organismos sí se elimina a través de la congelación, pero las bacterias pueden resistir sin problema a bajas temperaturas.

Esto significa que congelar la carne previamente no nos garantiza la eliminación del 100% de las bacterias. Y lo mismo se aplica al jamón serrano. La congelación elimina los parásitos pero no las bacterias, por lo que no es aconsejable su consumo durante el embarazo.

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